29 de Marzo 2007

DIEZ VIDAS

Siempre me atormenta la falta de tiempo para hacer todo lo querría hacer. Me maravilla (¡¡y me da mucha envidia!!) cada vez que leo que un fulano es escritor y actor y músico y director de cine y cinturón negro de karate, y encima tiene tres carreras (arquitectura, derecho y, no sé, trabajo social), y de vez en cuando “se entretiene” diseñando ropa para una conocida marca (ahora todo quisque diseña ropa para una conocida marca, ése sería otro tema del que hablar), y eso si no está dando la vuelta al mundo en catamarán. Joder, ¿y cuándo va al baño? Y luego te enteras de que el colega en cuestión tiene ¡¡veinticinco años!!, ¡¡o treinta, o treinta y cinco!!, y entonces sí que ya no entiendes nada. Dios santo, ¿cómo lo ha hecho? ¿Se desdobla? A mí me lleva toda la mañana poner una lavadora y tender la ropa. Hace poco he leído que un actor de la serie Héroes (que por cierto no he podido ver todavía, todo el mundo habla maravillas de ella) se las arregla para compaginar el rodaje de la serie con su empleo de técnico en efectos especiales en las películas de Spielberg… Curioso, y en la serie interpreta a un tío que detiene el tiempo a voluntad. Debe ser eso, oigan. Verán, yo trabajo en un call center, intento estudiar para unas oposiciones, intento además escribir relatos (y publicarlos, ojo, que es un trabajo en sí mismo; debería reconocerse como categoría laboral: aspirante a publicar relatos), leer todas las grandes obras de la literatura universal, componer canciones, tener la casa en condiciones (eso es peor que publicar relatos) y, bueno, también divertirme un poquito, salir de noche y esas cosas… y al final, lo único que logro llevar a término de todo ello es lo primero y lo último: currar en el call center y salir de noche. Siempre digo que harían falta diez vidas para hacer todo lo que uno querría hacer, y sospecho que ni así. ¿Por qué les cuento todo esto?: ni idea, tenía que escribir algo, que tengo el blog muy muerto. Buenas noches.