Este fin de semana, Rosalía y yo nos hemos alojado en el legendario hotel Ritz de Barcelona (ahora se llama Palace, pero para mí siempre será el Ritz). Sí sí, el mismo en el que siempre se aloja Woody Allen. ¿El motivo de semejante vacilada?: fue mi regalo de cumpleaños a Rosalía. Mis amigos tendrán que pagarme las copas el resto del verano, pero sé que lo comprenderán. Obvio decir que ahora estoy a dos velas, pero ¡¡qué cojones, si lo estoy todos los meses por una cosa o por otra!! Pues al menos una vez, que sea con clase. Lo cierto es que, al hacer la reserva, yo había pedido una habitación de las más normalitas, y cuando entramos me quedé con la boca abierta al comprobar que la habitación normalita era tan grande como el piso en el que vivo, y con ese lujo decimonónico que yo sólo había visto en las películas; no puedo imaginar cómo debe ser una suite presidencial. Teníamos dormitorio, sala de estar, dos baños (ambos con bañera) y un ropero un poquito más pequeño que el lavabo de mi casa. Cenamos también en el hotel (la cena más cara de mi vida) y nos echamos unas buenas risas comportándonos como asquerosos nuevos ricos. Cuando me trajeron la cuenta se me cortó la digestión, pero sigo pensando que valió la pena. Luego salimos a tomar unas copas, y les diré una cosa: ¡¡realmente se ve la ciudad de otra manera saliendo del Ritz!!
A lo mejor pongo fotos, ya veremos. Buenos días a todos.
No no, a lo mejor no. TIENES que poner las fotos!! Que yo nunca pisaré el Ritz
Posted by:Ja ja ja. Bueno, ya veremos, ya veremos... Depende de cómo salgan. (Es que yo soy de los que todavía llevan las fotos a revelar.)
Posted by:Jo, que bonito, ojalá hcieran algo así por mi, siempre he querido entrar en ese hotel y pasar una velada romantica.
besotes
Al Ritz/Palace hay que entrar una vez, aunque sea a tomar un café. Y otra vez pides que te enseñen la habitación de Cugat, por ejemplo. O la de Dalí. No te lo van a cobrar
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