7 de Agosto 2006

TRIBUTO A ALTAFULLA

Qué veranos aquellos los de Altafulla, cada vez me asaltan más en el recuerdo. Será que me hago mayor. Cuando lo pienso fríamente tampoco eran tan maravillosos, sobretodo porque allí nunca me comí un torrao. Pero supongo que el recuerdo es más emocional que real, y aquel lugar me daba una sensación de libertad que nunca he vuelto a tener (bueno, quizá alguna vez). Claro que ahora tengo otros alicientes; en fin, en la vida has de perder algunas cosas para ganar otras.

Quizá aquella sensación de libertad se debía más a la etapa de mi vida, la adolescencia, que al sitio en el que me encontraba, pero también es verdad que si en vez de Altafulla hubiera estado en Benidorm o algo así, no me habría sentido exactamente igual. Porque Altafulla tenía algo de mágico. Se trata de un pequeño pueblo de la costa de Tarragona, muy tranquilo, nada que ver con Salou y similares. Todos los que veraneábamos allí andábamos siempre quejándonos de que no había mucha fiesta, o ninguna, pero invariablemente volvíamos cada año, porque en el fondo nos encantaba. Y la fiesta nos la hacíamos nosotros; yo creo que los botellones en la playa los inventamos allí (hace quince años de eso, dios, dios). Algunas noches íbamos andando con todo el alcohol que podíamos y un radiocasete a pilas hasta la playa de Tamarit, un lugar desolado más allá del término municipal de Altafulla; allí había (hay) un enorme y desvencijado castillo medieval sobre un peñasco, y bajo la sombra de sus murallas montábamos la juerga. Según leí en una guía, ese castillo había sido un municipio en la edad media; la palmaron todos de no sé qué epidemia y quedó deshabitado durante siglos, y ya en el siglo XX, un ricachón compró todo el recinto y lo acondicionó interiormente como residencia, casi nada. Semejante escenario bajo el cielo estrellado, el casete voceando She sells sanctuary de los Cult, el vaivén de las olas y la botella de ron: si eso no era magia, no sé qué era. Aquellos parajes tenían un halo de misterio muy atractivo para un chaval con la cabeza llena de pájaros como yo. Mi hermana afirma que existían túneles que comunicaban el castillo de la playa de Tamarit con la parte antigua de Altafulla, también medieval, que está un par de kilómetros al interior, en lo alto de una colina; no sé qué hay de verdad en ello, pero a mi hermana nadie le lleva la contraria. (Un beso, guapa.) Además, se dice que Altafulla fue pueblo de brujas y se ha ido transmitiendo toda una literatura oral sobre ello; pero la realidad es aún más interesante que la leyenda: según parece, las historias de brujas se las inventaban los contrabandistas de la época para que los vecinos tuviesen miedo de salir de noche y no presenciasen los trapicheos de aquéllos. Como veis, todo un cuadro muy exótico.

Dominando la parte antigua de Altafulla se erige otro castillo, algo más moderno y bien cuidado que el de la playa; y a su alrededor, semiocultas en los recovecos de las viejas callejuelas, se hallan tres o cuatro tabernas rústicas, mayormente de piedra y madera, que en aquel momento no eran muy frecuentadas por los chavales del pueblo (supongo que ahora tampoco), pues no tenían precisamente precios populares; los chavales del pueblo iban más a los típicos “bares Marianos”. Hasta los veintitantos años, los de mi pandilla íbamos también a los “bares Marianos”, porque te ponías hasta el culo por cuatro duros y no dabas mucho la nota si caías inconsciente de la silla, pero luego empezamos a ir cada vez más a las tabernas pijorrústicas, que llevaban un rollo más reposado y maduro. Nuestra preferida era el Faristol, que en realidad se trataba (se trata) de una mansión de la época de los indianos convertida en hostal, en el que solían alojarse familias guiris con pasta larga. El bar del Faristol resulta muy sugestivo porque dispone de un pequeño escenario con un montón de trastos: muebles viejos; un piano de pared desafinado; cinco o seis guitarras descuidadas, tanto eléctricas como españolas; dos o tres micrófonos; dos o tres amplificadores cascados; multitud de bongos; una batería que apenas se aguanta derecha; algún que otro saxo y alguna que otra trompeta llenos de polvo… todo ello a la disposición de quien quiera. Ya imaginaréis por qué podía gustar tanto aquel bar a unos fanáticos del rock & roll como nosotros: cuando llevábamos ya algunas copas invadíamos el escenario, agarrábamos los instrumentos, encendíamos los chirriantes amplificadores y montábamos la juerga padre, siempre con la complacencia del dueño del local, el amable Sr. Agustí. Noches de gloria allí dentro. Allí, el menda dio algunos de los mejores conciertos de la historia del rock & roll… aunque sólo se enterasen unas treinta personas cada vez.

Llevo ya algunos días que, de vez en cuando, mientras estoy aguantando la brasa del cliente cretino de turno, de improviso y sin motivo aparente me sobreviene alguna imagen de aquellos veranos en Altafulla… Es como un flash, un fotograma traspapelado, y en un instante desaparece; supongo que me lo quito enseguida de la cabeza. Pero ahora quería contar esto. Buenos días.


Comments

Qué tiempos, compañero, qué tiempos...

Posted by: sinpalabras on 8 de Agosto 2006 a las 06:08 PM

Sí tío. Y qué tontitos éramos. Un abrazo

Posted by: HenryKiller on 10 de Agosto 2006 a las 02:20 PM

buenas tardes
Me llamo Carole y vivo en Francia (Lyon).
Quieria decirte que lo qe vengo a leer sobre el pueblo de Altafulla me encanta mucho.
Este pueblo es para me una obsecion. Hace mas de 15 anos que voy en vacaciones alli. y cuando he leido tu articula, estaba como una loca para diversas rezones. la primera es que esta escrito en castillano. busco todas las fotos, inforaciones historias, culturales...en Altafulla pero la mayoria de las veces es en catalan y no comrendo nada ! luego, siento las mismas sensaciones que tu.
Me gusta mucho mucho este pueblo.
si te quieres me gustaria patir informaciones entre nos dos.
te deja mi mel carolandreo@yahoo.fr
gracias
hasta lueguo.
este ano es la primera vez que voy a altafulla en septiembre, espero que sera todo como los otros anos : muy bien !

Posted by: carole on 19 de Agosto 2006 a las 01:31 PM

Caray Carole, es una sorpresa encontrar aquí a alguien que conoce Altafulla desde hace tanto tiempo como yo...

Me alegro de que te haya gustado mi tributo a Altafulla, está escrito con el corazón. Pero me han dicho que ese pueblo ya no es lo que era, lo están arruinando con la especulación urbanística. Yo hace ya años que no veraneo allí y me gustaría volver, pero temo encontrarlo demasiado cambiado...

Muchas gracias por tu comentario y escribe siempre que quieras. (¡¡Y disfruta este septiempre en Altafulla!! Qué envidia me das...)

Un abrazo

Posted by: HenryKiller on 24 de Agosto 2006 a las 02:32 PM

Henry.
He leido con mucha alegría tu comentario sobre el faristol. Ahí seguimos, pero ahora ni el piano está desafinado ni las guitarra y los saxos hechos polvo (tampoco entonces) Seguimos haciendo música, mas que nunca. Ah, de paso sepas que Lynne la de poet´s es mi hija y claro continúa cantando muchas noches mágicas con su grupo y otros músicos del entorno.
Espero volver a verte. Altafulla está creciendo demasiado pero la parte antigua continúa igual. Un abrazo
Agustí del faristol

Posted by: Agustí on 27 de Agosto 2006 a las 03:20 PM

¡¡¡Qué alegría, Agustí!!! Joder qué sorpresa, no me imaginaba que tú leerías este blog...

Me alegro mucho de que te haya gustado. Por cierto, sé muy bien que Lynn es tu hija, pero no lo puse porque procuro no hablar de la vida privada de terceras personas... pero bueno, si ya lo has puesto tú, pues encantado. Por supuesto que me volverás a ver por allí, no sé cuándo aún pero sin duda algún día. Un abrazo, hasta pronto

Posted by: HenryKiller on 28 de Agosto 2006 a las 02:48 PM

Hola Henry.
Me apunto a tu tributo a Altafulla! Aunque más joven que tú, comparto la misma alegria al recordar este entrañable municipio, que por desgracia se esta haciendo "demasiado grande" a golpe de ladrillo.
Y me gustaria añadir, por lo que se refiere al Faristol, que además es un precioso restaurante, de que cabe destacar su Sopa de cebolla (que no salta de la carta en todo el año) y las carnes a la brasa. Sin olvidar los calçots, en época.
Falicidades Agustí, por mantener el caliu y la calidad de tu servicio y clientes!
Un saludo a Tiusa y Dylan, dos caninos que dan un ambiente más rústico al rincón del Faristol.

Posted by: Miky on 4 de Septiembre 2006 a las 08:18 PM

Hola Henry, paso a veces por allí para ir a Torredembarra y así a primera vista no parece cambiado, me gustío mucho el puerto, para mí una sorpresa por que he pasado mil veces por alafulla, pero nunca me paré a verlo bien, y la verdad resultó una sorpresa por el encanto que tiene.
Jeje me recuerda cuando era pequeña y viví exactamente lo mismo que tú, pero en otro pueblo, huaa qué despiporre!

Posted by: Eli on 30 de Noviembre 2006 a las 07:30 PM

También yo tengo el privilegio de vivir en Altafulla desde hace algunos años, tras mi "huida" de Barcelona. Y no sólo esto, sino que además vivo a menos de un minuto del Faristol. Adoro ese local e invito a todos a que vayan al menos una vez, sea a comer, a cenar, a tomar algo y a escuchar buena música o pasarlo bien improvisando una jam session. Es un lugar que haréis vuestro enseguida y al que hay que mimar y proteger para que no desaparezca.

Posted by: Sílvia on 9 de Julio 2009 a las 01:11 PM

Anda Silvia, qué ilusión!!! Una vecina de Altafulla!!! Me alegro mucho de que me escribas, espero que te haya gustado mi pequeño homenaje a tu localidad... Un saludo!!!

Posted by: HenryKiller on 10 de Julio 2009 a las 12:34 PM

hola amigos, acabo de ver vuestro blog y me he decidido a contaros mi historia espero no aburrir, jaja, mi compañera y yo vivimos en pamplona pero hemos decidido ir a vivir ha altafulla, necesitamos mar y sol, cosa que aqui no tenemos,hemos elegido altafulla porque nos encanto y esta cerca de barcelona, y para cuestion de trabajo nos va a ir muy bien, necesitamos este cambio,ahora buscamos piso alli, y ya bajamos la semana que viene ,(la semana del 10 de octubre) para encontrar uno, y realizar la mudanza, estamos contentos y nerviosos,me gustaria saber vuestra opinion sobre vivir y montar un negocio en altafulla, y bueno me despido con un hasta ahora, porque supongo que alli nos veremos y nos conoceremos, saludos a todos de unos pamplonicas que se van,

Posted by: miquel on 27 de Septiembre 2010 a las 11:52 AM
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