8 de Julio 2006

SINGAPUR

Si pudiera escalar con las manos atadas las fachadas de mi barrio a la cremosa luz del crepúsculo, la sonrisa que se me pondría sería tan amplia que saldría de mi cara y llegaría hasta Berlín, y probablemente creerían que alguien ha levantado otro muro y se cabrearían bastante, y a mí me importaría un carajo. No tengo ni idea de lo que intento decir. Sólo sé que al pasear por estas calles a mediodía me abruma una alegría desintelectualizada, una felicidad sin argumentos, algo que años atrás no podía ni soñar. Durante un rato desaparezco en mis pies. Entro en el mercado sin intención de comprar nada, cruzándolo al ritmo del bullicio de los tenderos, sólo para dejarme invadir por los vivos colores de las frutas de los puestos. Ahora hay un puesto nuevo de sushi, lo cual no tiene ninguna utilidad para mí, pero lo lleva una japonesita que te sonríe aunque pases de largo y sólo con eso me habrá dado un par de segundos más de vida. (Jamás creí que pensaría esto.) Me siento en los bancos de las plazas, junto a los viejos y los guiris y los niños y los yonquis y los universitarios y el Sr. Eusebio, cada uno con su canción silenciosa o no, y de algún modo soy todos ellos, o lo fui, o lo seré. No es cuestión de tiempo: el tiempo está muerto y no hacemos más que llorarle, no seamos más gilipollas. Si estuviese en todas partes a la vez me encontraría aquí mismo y ahora. No sé si me explico. Podría ir a Singapur y volver, y no habría ido más lejos que a la calle Verdi. Si los árboles aún se esfuerzan por levantarse cada mañana, cómo no vas a hacerlo tú, cretino. Y este agosto tendré vacaciones la semana de fiesta mayor (y tú también, princesa, al fin coincidimos).


Comments

Se lo que dices.... es algo que no puedes explicar.

Saludos desde Santo Domingo.

Posted by: Mariposshita on 9 de Julio 2006 a las 02:07 AM

Vaya, tú también caminas... es normal que te levantes y pasees por tu ciudad: Puedes elegir mirar hacia el horizonte, sin obras, ni cortes en el metro, sin calores homicidas. Con todas las ganas del mundo (las mias) de caminar por tu ciudad, pero me toca quedarme en la mía...

Bso...

Posted by: Pequeña Delirio on 10 de Julio 2006 a las 04:26 AM

Si yo viviese en una ciudad flotante como la tuya, hermosa como una perla, también desearía pasear por sus calles y perderme en el bulicio del anonimato.
Sin embargo, en el rincón donde yo vivo, jamás el sol acaricia nuestros rostros y el perenne invierno obliga al recogimiento perpetuo, en lugares de mala muerte, al calor de una hoguera y de un grupo de amigos fieles.
¿Cuando será mañana para poder volver al país del sol?
Le envidio. Sanamente, pero le envidio.

Posted by: rucito on 11 de Julio 2006 a las 12:44 PM

Señorita Delirio, me temo que tienes una visión un tanto idealizada de Barcelona... ¿Sin obras? ¿Sin cortes en el metro? Uy, ojalá. Eso sí, en el mar no hacen obras (todavía). Besos

Rucito, ¿al calor de una hoguera y con amigos fieles? No será tan de mala muerte entonces... De todos modos, me quedo con el sol. Mucho ánimo, un saludo.

Posted by: HenryKiller on 12 de Julio 2006 a las 02:08 AM

Créame cuando le digo que entre las obras de la M-30, las de Sol, cuatro líneas de metro cortadas, apagones de dos días en tres distritos, más obras, más cortes, calor, más baches, más calor y contaminación... Créame cuando le digo que el infierno se parece a ésto... Saludos!!!

Posted by: Pequeña Delirio on 24 de Julio 2006 a las 03:01 PM

Que bonito escrito...

Posted by: Marta on 24 de Julio 2010 a las 04:02 PM
Post a comment