23 de Mayo 2004

Dejà-Vú

Hemos descubierto un club (probablemente no es nuevo, pero ya se sabe, al llegar a la treintena uno se apoltrona un poco y deja de andar deambulando por ahí...); se llama Dejà-Vú y está en la parte industrial de Pueblo Nuevo (BCN), una zona de aire desarraigado, de anchas y polvorientas avenidas flanqueadas por naves industriales, en la que uno se siente como a cien mil años luz del resto del mundo, aunque no debe estar a más de un kilómetro del centro de la ciudad. Lo descubrimos porque, desde hacía unos días, unos pequeños carteles en las paredes anunciaban una “fiesta Pixies en el Dejà-Vú”, el sábado 22 de mayo de 2004 a las 11 de la noche. Por si alguien no lo sabe, Pixies fueron, junto a Jane’s Addiction, una de las bandas pioneras de lo que vino a llamarse Rock Alternativo (sí, fueron antes que Nirvana y los putos Pumpkins). Como ya no hay muchos clubs en los que pongan esa clase de música, al menos en BCN, donde lo que manda es el puto “mestizaje” y el puto techno, pues decidimos ir a la fiesta.

Ir de fiesta a Pueblo Nuevo tenía, además, un fuerte componente de nostalgia para nosotros. Veréis, casi toda mi pandilla rebasamos los treinta, excepto mi novia Rosalía, que tiene 23, y algún otro que tiene 28 o 29. Cuando nosotros salíamos “a quemar la ciudad”, hace ya unos diez años, era cuando Pueblo Nuevo empezaba a ponerse de moda, las primeras naves industriales empezaban a reciclarse en clubs, etc. Y era también, precisamente, cuando el Rock Alternativo empezaba a ponerse de moda y todo era muy excitante y nos sentíamos muy transgresores, no como ahora, que lo único que transgredimos es la talla de nuestros pantalones. (Si algún veinteañero está leyendo esto, lamento informarle de que algún día le ocurrirá lo mismo.) De modo que volver a ese barrio diez años después, y nada menos que a una “fiesta Pixies”, podía ser una experiencia muy alegre o muy triste, sin término medio.

Y afortunadamente fue lo primero. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto en un club. Huelga decir que no sólo pusieron Pixies, sino también otros grupos afines, y fue todo un éxito. Es una sala muy pintona y psicodélica, tirando a grande, con capacidad para unas mil personas más o menos, y estaba hasta arriba. Me sorprendió comprobar que hay mucho veinteañero que va de este rollo, ¿dónde carajo se había metido toda esta gente? Ah!: en el Dejà-Vú. Era yo que no lo conocía. Vale, ya me callo.

11 de Mayo 2004

MÚSICA

Se ajustaba los auriculares y desaparecía; la música era un espacio más real que aquella oficina.